Hablar de Pegasus es hablar de historia del atletismo. Cualquier zapatilla con este apellido está relacionada con comodidad y protección. Pegasus es larga distancia, no en vano sigue siendo el modelo con más records del mundo en maratón (Vaporfly no tardará en arrebatarle éste honor). No obstante, los tiempos cambian y debemos adaptarnos a ello. La comodidad ya no nos sirve si no va implícita con el rendimiento. Los atletas élite dejaron de usar Pegasus para competir (no para entrenar) porque encontraron otras opciones más “rápidas”. Primaron la ligereza y reactividad a la protección. Es entonces, allá por primavera de 2018, cuando Nike entiende que tiene que dar una alternativa: Nace Nike Pegasus Turbo.

En dos años y tras ser top mundial de ventas (n.1 de Nike Running durante todo este tiempo), Pegasus Turbo es ya más que de sobra conocida entre la “família runner”. Zapatilla neutra, cómoda pero también ligera y reactiva (gracias al material de la suela “ZoomX)”. Ideal para rodajes largos a ritmos “alegres” sin comprometer demasiado la musculatura. 

Pegasus Turbo 2 trae algunas novedades importantes. La primera y más destacada es la eliminación de la franja ancha que unía la lengüeta con la parte delantera de la zapatilla, que tantas críticas había generado en la primera versión por ser demasiado “aparatosa”. Nike escucha a sus usuarios y modifica este componente haciéndolo más ligero y sencillo.

Otro gran avance lo encontramos en el compuesto del tejido. El sistema “FlyMesh” sin costuras favorece aún más la transpirabilidad y es más ligero que el tejido anterior.

La zona de los cordones también mejora gracias al refuerzo termosellado que refuerza notablemente la sujeción del pié. Un punto importante para el usuario que qUiera exprimirla en ritmos “altos”.

Por lo demás, se mantienen las características que tanto éxito dieron a la primera edición de estas zapatillas: Espuma ZoomX (más ligereza y retorno de energía), tobillo acabado en punto (más estabilidad), drop 8mm y una zapatilla bastante ligera (220g). 

El único “contra” que he encontrado, es la fragilidad de la parte anterior de la suela en el talón. Al estar “separada” de la zapatilla, se puede romper con facilidad si alguien te pisa o te quitas la zapatilla muy bruscamente tirando de esta zona. Reforzar esta zona sería un aspecto importante en futuras ediciones.